Alfonso CAMPOS-RUBIO
HERMOSILLO.- Tras varios años divorciados, a Edgar Gerardo Leal Tapial, de 30 años, le renació la pasión por la que fuera su esposa, Verónica Trejo Alvarado (39), por lo que decidió llevarle serenata con el estéreo a todo volumen de su carro, además de dedicarse a embriagarse por fuera del hogar de la fémina, quien al ver que ya era casi la una de la mañana le pidió que se retirara, informó el comandante Jesús Gabriel del Cid Encinas.
El jefe de la base norte en la corporación hermosillense agregó que lo anterior, registrado en las calles María Amparo número 223, entre Acapulco y Comandante Joaquín Contreras, colonia La Caridad, provocó que el embriagado y fracasado galán se enfureciera, para enseguida proceder a insultarla, además de golpearla en varias partes del cuerpo, todo ello delante de sus hijos, Carlos Uriel y Zayra Jacqueline Leal Trejo, de 11 y nueve años.
En esos momentos intervino el pequeño Carlos Uriel en defensa de su madre, solo para ser golpeado fuertemente en la mano izquierda con la puerta del domicilio, por lo que la madre de familia solicitó el apoyo de la Policía Municipal, cuyos oficiales lograron su detención, turnándosele a la Primera AMPFC especializada en la materia, añadió Del Cid Encinas.
HERMOSILLO.- Tras varios años divorciados, a Edgar Gerardo Leal Tapial, de 30 años, le renació la pasión por la que fuera su esposa, Verónica Trejo Alvarado (39), por lo que decidió llevarle serenata con el estéreo a todo volumen de su carro, además de dedicarse a embriagarse por fuera del hogar de la fémina, quien al ver que ya era casi la una de la mañana le pidió que se retirara, informó el comandante Jesús Gabriel del Cid Encinas.
El jefe de la base norte en la corporación hermosillense agregó que lo anterior, registrado en las calles María Amparo número 223, entre Acapulco y Comandante Joaquín Contreras, colonia La Caridad, provocó que el embriagado y fracasado galán se enfureciera, para enseguida proceder a insultarla, además de golpearla en varias partes del cuerpo, todo ello delante de sus hijos, Carlos Uriel y Zayra Jacqueline Leal Trejo, de 11 y nueve años.
En esos momentos intervino el pequeño Carlos Uriel en defensa de su madre, solo para ser golpeado fuertemente en la mano izquierda con la puerta del domicilio, por lo que la madre de familia solicitó el apoyo de la Policía Municipal, cuyos oficiales lograron su detención, turnándosele a la Primera AMPFC especializada en la materia, añadió Del Cid Encinas.
