Alfonso CAMPOS-RUBIO
HERMOSILLO.- Por al parecer una fuerte decepción amorosa, un sujeto de aproximadamente 35 años, moreno, con bigote ralo, vestido con camisa vaquera café a cuadros blancos, pantalón mezclilla azul, cinturón vaquero, botas cafés en piel de avestruz y gorra beisbolera rojo con blanco, tomó la fatal determinación de escapar por la puerta falsa.
Para lograr lo anterior, el hasta esos momentos desconocido, se encaminó al monte, frente a un complejo deportivo ubicado por la continuación del boulevard Solidaridad, a unos 500 metros antes de llegar a la carretera a la mina La Caridad, donde tras detectar un añoso mezquite, escogió uno de sus grueso brazos, para de ahí atar la cuerda de nylon que previamente había seleccionado y el otro extremo a su cuello, para enseguida dejarse caer al vacío, encontrándose con la ansiada muerte.
Posteriormente al ser revisado corporalmente por los elementos de Servicios Periciales de la PGJE, en la bolsa izquierda de la camisa se le encontró un pedazo de cartón, con mensaje manuscrito que decía “te amo corazoncito, te quiero y te adoro”, desconociéndose el nombre de la víctima y de la destinataria del mensaje póstumo, la cual probablemente “cortó” por razones desconocidas sus relaciones con el ahora occiso, cuyos despojos fueron trasladados al anfiteatro del Semefo para la necropsia de ley.
HERMOSILLO.- Por al parecer una fuerte decepción amorosa, un sujeto de aproximadamente 35 años, moreno, con bigote ralo, vestido con camisa vaquera café a cuadros blancos, pantalón mezclilla azul, cinturón vaquero, botas cafés en piel de avestruz y gorra beisbolera rojo con blanco, tomó la fatal determinación de escapar por la puerta falsa.
Para lograr lo anterior, el hasta esos momentos desconocido, se encaminó al monte, frente a un complejo deportivo ubicado por la continuación del boulevard Solidaridad, a unos 500 metros antes de llegar a la carretera a la mina La Caridad, donde tras detectar un añoso mezquite, escogió uno de sus grueso brazos, para de ahí atar la cuerda de nylon que previamente había seleccionado y el otro extremo a su cuello, para enseguida dejarse caer al vacío, encontrándose con la ansiada muerte.
Posteriormente al ser revisado corporalmente por los elementos de Servicios Periciales de la PGJE, en la bolsa izquierda de la camisa se le encontró un pedazo de cartón, con mensaje manuscrito que decía “te amo corazoncito, te quiero y te adoro”, desconociéndose el nombre de la víctima y de la destinataria del mensaje póstumo, la cual probablemente “cortó” por razones desconocidas sus relaciones con el ahora occiso, cuyos despojos fueron trasladados al anfiteatro del Semefo para la necropsia de ley.