Roberto FLEISCHER-HARO
HERMOSILLO.- Me parece muy razonable y aplicable el criterio de la Dirección de Alcoholes, al acordar no aumentar el horario para la venta de bebidas embriagantes con motivo de las festividades del Mes de Diciembre, ojalá y prevalezca esa postura.
Para nadie es ya un secreto que en todo el país vayan en aumento los índices de criminalidad y que cada día crece la incertidumbre y el temor de la ciudadanía, más en estas épocas.
Ciertamente en nuestro Estado, las corporaciones policiales han logrado importantes avances en el combate a la delincuencia, pero el aumento de la criminalidad y la presencia de actos delictivos, motivados por la ingesta de alcohol y las drogas que antes no se daban con tanta frecuencia; los obliga a redoblar esfuerzos.
Los padres de familia debemos ser un factor conciliador con las disposiciones constituidas por las autoridades municipales en el bando de policía y gobierno, específicamente en lo relacionado con el quehacer de nuestros hijos en la vía pública después de las horas prudentes, no tratar de hacer más cómodos los antros pero si más seguros en donde prevalezca la prevención, razonando lo anterior para tranquilidad y bienestar de las familias.
Pero los elementos policíacos reforzarán los puntos de vigilancia a la hora de salida de los “antros” para detectar a jóvenes con aliento alcohólico (lo que será una arma de dos filos).
Debemos educar y encausar a nuestros hijos, que guarden integra la fe, que no fomenten odios ni rencores y para ayudarlos a solucionar sus problemas, debemos predicar con el ejemplo, verlos con sabiduría, acierto, severidad y serenidad.
Los problemas de desarrollo que se anuncian en la preadolescencia se convierten en un oleaje en la adolescencia hasta en la más feliz de las familias, las malas conductas adquiridas se convierten en conflictos, rebelión y tempestuosas emociones. La tarea es difícil para los jóvenes.
En ese periodo del “gran yo soy,” son inestables y vacilan entre sentirse como si fueran seres que todo lo pueden, quieren ser independientes, pero al sentirse impotentes, mantienen a sus familias constantemente preocupadas por sus conductas antisociales.
Es lamentable que concurran con esa mentalidad a esa clase de convivios, mismos que al calor de las copas que irresponsablemente les brindan los adultos que sirven las bebidas, vienen posteriormente las riñas entre ellos (pandillas), accidentes de tránsito donde lamentablemente hay pérdidas humanas.
Se debe autorizar permiso para bebidas alcohólicas con un horario prudente, considerando que al sujetarse a lo que marque la ley, evitaríamos que proliferen los vicios, lo cual sería una posible solución a esta problemática.
Entendemos que hay problemas fuertes de violencia en nuestra ciudad que merecen la atención inmediata de las fuerzas policíacas, pero la tranquilidad y derecho que tiene todo ser humano para descansar, también es prioritaria. La administración municipal debe dejar de ver estos desordenes como problemas menores, como simples actos de diversión.
Si se cambiara la mentalidad al atender estas denuncias, actuar e imponer de nueva cuenta orden en nuestras calles, los ciudadanos sentiríamos que si se está cumpliendo con su cometido.
Las corporaciones policíacas desempeñan a favor de la sociedad, una doble función, la de preservar la seguridad y la tranquilidad social por una parte, y la de prevenir la delincuencia por otra.
Roberto Fleischer Haro
HERMOSILLO.- Me parece muy razonable y aplicable el criterio de la Dirección de Alcoholes, al acordar no aumentar el horario para la venta de bebidas embriagantes con motivo de las festividades del Mes de Diciembre, ojalá y prevalezca esa postura.
Para nadie es ya un secreto que en todo el país vayan en aumento los índices de criminalidad y que cada día crece la incertidumbre y el temor de la ciudadanía, más en estas épocas.
Ciertamente en nuestro Estado, las corporaciones policiales han logrado importantes avances en el combate a la delincuencia, pero el aumento de la criminalidad y la presencia de actos delictivos, motivados por la ingesta de alcohol y las drogas que antes no se daban con tanta frecuencia; los obliga a redoblar esfuerzos.
Los padres de familia debemos ser un factor conciliador con las disposiciones constituidas por las autoridades municipales en el bando de policía y gobierno, específicamente en lo relacionado con el quehacer de nuestros hijos en la vía pública después de las horas prudentes, no tratar de hacer más cómodos los antros pero si más seguros en donde prevalezca la prevención, razonando lo anterior para tranquilidad y bienestar de las familias.
Pero los elementos policíacos reforzarán los puntos de vigilancia a la hora de salida de los “antros” para detectar a jóvenes con aliento alcohólico (lo que será una arma de dos filos).
Debemos educar y encausar a nuestros hijos, que guarden integra la fe, que no fomenten odios ni rencores y para ayudarlos a solucionar sus problemas, debemos predicar con el ejemplo, verlos con sabiduría, acierto, severidad y serenidad.
Los problemas de desarrollo que se anuncian en la preadolescencia se convierten en un oleaje en la adolescencia hasta en la más feliz de las familias, las malas conductas adquiridas se convierten en conflictos, rebelión y tempestuosas emociones. La tarea es difícil para los jóvenes.
En ese periodo del “gran yo soy,” son inestables y vacilan entre sentirse como si fueran seres que todo lo pueden, quieren ser independientes, pero al sentirse impotentes, mantienen a sus familias constantemente preocupadas por sus conductas antisociales.
Es lamentable que concurran con esa mentalidad a esa clase de convivios, mismos que al calor de las copas que irresponsablemente les brindan los adultos que sirven las bebidas, vienen posteriormente las riñas entre ellos (pandillas), accidentes de tránsito donde lamentablemente hay pérdidas humanas.
Se debe autorizar permiso para bebidas alcohólicas con un horario prudente, considerando que al sujetarse a lo que marque la ley, evitaríamos que proliferen los vicios, lo cual sería una posible solución a esta problemática.
Entendemos que hay problemas fuertes de violencia en nuestra ciudad que merecen la atención inmediata de las fuerzas policíacas, pero la tranquilidad y derecho que tiene todo ser humano para descansar, también es prioritaria. La administración municipal debe dejar de ver estos desordenes como problemas menores, como simples actos de diversión.
Si se cambiara la mentalidad al atender estas denuncias, actuar e imponer de nueva cuenta orden en nuestras calles, los ciudadanos sentiríamos que si se está cumpliendo con su cometido.
Las corporaciones policíacas desempeñan a favor de la sociedad, una doble función, la de preservar la seguridad y la tranquilidad social por una parte, y la de prevenir la delincuencia por otra.
Roberto Fleischer Haro
egresado de la IV generación de la Escuela de Policía.
Registro Nacional de Seguridad Pública FEHR440205H26223583
Mail rfleischer_44@hotmail.com