RAFAEL RIVERA VELAZQUEZ
Alfonso CAMPOS-RUBIO
HERMOSILLO.- Con el fin de no sufrir por la falta de agua potable a causa de los “tandeos”, Rafael Rivera Velásquez, de 35 años, al darse cuenta que la cada que pensaba invadir no tenía tinaco, decidió robarse uno de otra vivienda abandonada, solo que fue sorprendido con las manos en la masa cuando lo arrastraba por la calle, informó el comandante Hugo Yáñez Villa.
El jefe de la zona cuatro en la Policía Preventiva y Tránsito Municipal agregó que el latrocinio anterior se registró en la calle San Efraín número 20, fraccionamiento Villa Verde, por donde los agentes a su mando detectaron poco después de las seis de la tarde del pasado domingo al ahora detenido cuando arrastraba dicho tinaco.
Inmediatamente después de sospechar que pudiera tratarse de objeto materia del delito lo interceptaron e interrogaron, para confesar que pensaba meterlo a la casa número 27, misma que pensaba invadir, a la cual ya le habían robado el tinaco, por lo que tras tirar “la zorra” por el vecindario se percató que la casa veinte también estaba sola, y al ver que contaba con dicho artefacto y no estaba habitada, decidió robárselo.
Asimismo, el mencionado también se robó la puerta de la mencionada vivienda, para enseguida turnársele a la Séptima AMPFC para el deslinde de responsabilidades, añadió Yáñez Villa.
HERMOSILLO.- Con el fin de no sufrir por la falta de agua potable a causa de los “tandeos”, Rafael Rivera Velásquez, de 35 años, al darse cuenta que la cada que pensaba invadir no tenía tinaco, decidió robarse uno de otra vivienda abandonada, solo que fue sorprendido con las manos en la masa cuando lo arrastraba por la calle, informó el comandante Hugo Yáñez Villa.
El jefe de la zona cuatro en la Policía Preventiva y Tránsito Municipal agregó que el latrocinio anterior se registró en la calle San Efraín número 20, fraccionamiento Villa Verde, por donde los agentes a su mando detectaron poco después de las seis de la tarde del pasado domingo al ahora detenido cuando arrastraba dicho tinaco.
Inmediatamente después de sospechar que pudiera tratarse de objeto materia del delito lo interceptaron e interrogaron, para confesar que pensaba meterlo a la casa número 27, misma que pensaba invadir, a la cual ya le habían robado el tinaco, por lo que tras tirar “la zorra” por el vecindario se percató que la casa veinte también estaba sola, y al ver que contaba con dicho artefacto y no estaba habitada, decidió robárselo.
Asimismo, el mencionado también se robó la puerta de la mencionada vivienda, para enseguida turnársele a la Séptima AMPFC para el deslinde de responsabilidades, añadió Yáñez Villa.