jueves, 18 de marzo de 2010

EL SUEÑO DE UN JEFE POLICÍACO

Roberto FLEISCHER-HARO

HERMOSILLO.- Los Jefes de Policía con vocación de servicio y bien intencionados viven pensando en conformar un cuerpo de seguridad que se acondicione a las necesidades actuales, y se cumpla cabalmente con lo que se juró.
“El nuevo perfil del policía debe ser un servidor público con presentación correcta, que refleje valores tales como rectitud, integridad, eficiencia, seguridad y confianza; con un nivel cultural adecuado, cuya formación académica le permita entender los problemas de la comunidad; con destrezas específicas que lo habiliten en el manejo de diferentes aparatos, vehículos, equipo, armamento, medios y técnicas; pero fundamentalmente interesa formar un policía de sólidos principios éticos, poseedor de una clara conciencia de responsabilidad como servidor público, recto e imparcial en sus determinaciones y con un alto concepto del honor y la lealtad”.
Además es importante que se trabaje con honradez para que sean ejemplo hoy y guía mañana de nuevas generaciones, con una actitud de servicio; que dejen huella de tenacidad y superación constante, para que los ciudadanos que se vean agraviados por conductas antisociales, tengan confianza en la corporación y así se acabe la vieja creencia de que todo en esta área es corrupción.
Es importante reconocer y recalcar “Que el policía al andar a la zaga de las sombras, en callejones obscuros y exponiendo la vida a cada momento, no es divertido, como tampoco lo es mirar a los hombres desangrarse hasta morir en el cumplimiento de su deber”.
Al policía desde el momento mismo en que se le fija un emblema o una placa, se somete a sí mismo a todos los riesgos y desesperanzas y muchas veces a los calumniosos e injustos apodos con los que el oficial compulsor de la Ley se enfrenta todos los días.
Pero también, urge la acción eficaz del aparato gubernamental para instrumentación de mecanismos que permitan garantizar un esquema de seguridad pública y una procuración de justicia pronta, expedita, apegada a derecho y con irrestricto respeto a los derechos humanos.
Las líneas de acción de los planes estatales de desarrollo, tomando como punto de partida la problemática real, con la participación activa de los sectores social, económico, político, cultural y académico, así como el esfuerzo conjunto y coordinado entre las entidades municipales, denotando unidad y congruencia en las estructuras gubernamentales.
Si bien es cierto que la situación actual de crecimiento de los índices delictivos obedece a un fenómeno que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo, también lo es que se hace indispensable la coordinación con los tres niveles de gobierno, así como la participación de la sociedad en el quehacer político.
La sociedad exige, que se combata el robo en todas sus modalidades ya que representa la mayor tasa de incidencia, al igual que las lesiones que son delitos oficiosos, el narco menudeo (corrupción de menores) ya que la problemática delictiva se caracteriza por su acontecimiento de alto impacto y coyuntura social, así como la decisiva influencia de los medios de comunicación.
En este rubro destacan delitos como privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, homicidios y delitos sexuales, que por sus características y naturaleza misma, indican en sus actores intelectuales y materiales, una carencia absoluta de valores que los lleva a transgredir las normas elementales de convivencia y ofenden la moral y ética social, disminuyendo la dignidad de sus víctimas a niveles infrahumanos.
Es importante mencionar que la información de incidencia delictiva, corresponde a la comisión de un hecho probablemente punible por el simple acto de que se formule una denuncia, con lo que se da inicio a una investigación, llegando a la consignación de solo aquellos casos en los que se acredita el cuerpo del delito y la probable responsabilidad.
La seguridad pública requiere de un elemento indispensable y necesario que es la prevención, en cualquier ámbito de la administración, éste es y debe ser el punto de partida si es que en realidad se quiere la confianza.
Definitivamente la actividad que en materia de prevención ha adoptado el gobierno, no han sido las adecuadas.
Entonces al hablar de seguridad pública nos tendremos que referir necesariamente a las acciones, para garantizar a sus ciudadanos la seguridad, la tranquilidad y el orden público que se requiere para la convivencia en comunidad, estas ejecuciones son muy variadas.
La gestión que el Estado realiza, o que le corresponde realizar, se lleve a cabo en las distintas áreas de la administración pública, para alcanzar los fines de la seguridad que resultan insuficientes, la vigilancia y protección contra la delincuencia, actividades que imprescindiblemente están enfocadas únicamente a los efectos y no a las causas de la criminalidad.

Roberto Fleischer Haro
Egresado de la IV generación de la Escuela de Policía
Registro Nacional de Seguridad Pública FEHR 440205H26223583
E-Mail rfleischer_44@hotmail.com