lunes, 15 de marzo de 2010

Las firmas auditoras necesitan limpiar su imagen

Publicado el 15-03-2010 , por Rachel Sanderson

Las acusaciones sobre la implicación de Ernst & Young en la quiebra de Lehman Brothers abrirán un debate de mayor trascendencia sobre lo que hasta ahora ha sido uno de los aspectos menos analizados de la crisis financiera –el papel desempeñado por las firmas auditoras–.

El informe de Anton Valukas sobre la mayor bancarrota en la historia de EEUU ha sacudido la industria contable con sus duras críticas contra la firma auditora de Lehman, E&Y, una de las Cuatro Grandes firmas. En especial, su conclusión que apunta a la existencia de evidencias verosímiles de que E&Y no cumplió con las normas de la profesión ha dañado la confianza.

El informe centra sus acusaciones en el hecho de que E&Y no diera paso alguno para poner en duda el hecho de que los ejecutivos de Lehman no revelaran la ocultación de 50.000 millones de dólares (36.299 millones de euros) mediante transacciones temporales fuera de balance conocidas como Repo 105, que mejoraron la posición financiera del banco.

Las denuncias contra E&Y, aunque excepcionales, dan alas a un creciente lobby que cuestiona el propósito de las auditoras a la hora de ofrecer a los inversores una imagen real de la salud financiera de una empresa.

Algunos expertos en contabilidad creen que el informe sobre Lehman ha dejado patente la necesidad de perfeccionar la ideología detrás de la comunicación de los resultados financieros para que no se oculten maniobras como las operaciones fuera de balance a los inversores. Exponen que es necesario un debate internacional al más alto nivel que incluya al Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad, el organismo encargado de fijar los estándares contables. Su presidente, Sir David Tweedie, se reunirá con los ministros de Finanzas en la cumbre del Ecofin que tendrá lugar en los próximos días.

Stephen Haddrill, director del Consejo de Información Financiera, el regulador británico de la industria, se encuentra entre los que creen que “las firmas auditoras han hecho exactamente lo que se les ha pedido”. “Pero debemos preguntarnos si necesitamos que hagan más en el futuro”.

Tal y como han señalado políticos y reguladores, las cuatro grandes firmas –PwC, KPMG, Deloitte y E&Y– elaboraron informes sobre otros bancos en plena crisis. También cobraron importantes honorarios. E&Y recibió 27,8 millones de dólares por la auditoría de Lehman, Deloitte ganó 17 millones de libras (18,7 millones de euros) por su informe sobre Royal Bank of Scotland, y KPMG cobró 9 millones de dólares por su estudio de HBOS, según una investigación del Parlamento británico. PwC recibió 1,8 millones de libras por el último año de su estudio de Northern Rock. Sin embargo, no hay ningún indicio de que estas firmas no cumplieran con los estándares profesionales que se exigen en estos casos.

Los críticos señalan que la cultura del marcado de casillas fomentada por la industria en los últimos 5 a 10 años, una técnica que ayuda a las firmas a defenderse frente a posibles demandas, les ha restado autoridad. Aseguran que las acusaciones contra E&Y son un buen ejemplo. La respuesta de la firma al informe de Valukas es que la quiebra de Lehman fue el resultado de acontecimientos sin precedentes en los mercados. También se atiene a su último informe sobre la compañía, para el año fiscal hasta el 30 de noviembre de 2007, señalando que las cuentas cumplían con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (GAAP por sus siglas en inglés) estadounidenses.

PwC, Deloitte y KPMG declinaron hacer declaraciones sobre el informe de Lehman, al igual que el regulador de la industria estadounidense. Importantes auditores de firmas rivales aseguran en privado que el informe de E&Y probablemente no cumpla con las normas contables de EEUU. Pero señalan que cumplir con los estándares no siempre implica presentar la imagen más clara de la salud financiera de una empresa. Repo 105 no es un truco financiero nuevo, sino una versión de un viejo ardid contable –la carga de los canales de distribución–. Tradicionalmente, los gestores han intentado maquillar las cuentas del final del trimestre inundando los canales de distribución de productos adicionales, con lo que registran ventas y beneficios, incluso pese a que aún no se han demandado esos productos.

Repo 105 también es una estrategia de maquillaje. “Sin embargo, el objetivo en este caso es el de deshacerse aparentemente de activos de baja calidad y de deudas simultáneamente”, señala Partha Mohanram, profesor de contabilidad de la Escuela de Negocios de Columbia.

Los expertos en contabilidad no creen que las secuelas de los informes de Lehman supongan un perjuicio letal para la reputación de E&Y, aunque el daño derivado de los costes por las demandas podría ser significativo, al igual que el impacto a largo plazo sobre la credibilidad de la profesión.

Steven Thomas, del bufete Thomas Alexander & Forrester LLP, cree que las continuas revelaciones están dañando la confianza en la profesión “y nos hace preguntarnos por qué existen las firmas auditoras”.

“Lo que me preocupa es que ellas solas se están restando relevancia”, señala.

The Financial Times Limited 2010.