sábado, 23 de enero de 2010

NO ES UNA VERGÜENZA SER POBRE

Dr. Jesús Roberto HOLGUIN-ALMADA

HERMOSILLO.- No es una vergüenza ser pobre, pero tampoco un honor; por ello, toda la sociedad en su conjunto debemos de intervenir muy en especial la ciudadanía en sus áreas de competencia involucrándonos en organizaciones de la Sociedad Civil participando en la solución de sus nuestros problemas.
En la medida que este apoyo fraternal se dé, con el objetivo de lograr una reconciliación emocional ante tanta miseria y violencia en que vivimos diariamente, la situación tiene posibilidades de revertirse de lo contrario, nuestros niños que ahora están creciendo en estos entornos mostraran monstruosas cicatrices emocionales en su madurez.
No negamos que actualmente el mundo enfrenta un severa recesión económica la seguridad social esta en crisis mortal, lo cual se esta complicando, sobre todo ante la exigencia del pueblo, porque esta, es un derecho, el desempleo reduce el incentivo de estudiar o trabajar, aumenta la resistencia a pagar impuestos y servicios, se radicalizan las demandas salariales, hay mas inflación y déficit presupuestal, poco interés al ahorro o la inversión, trayendo menor crecimiento económico, mayores niveles de desempleo, todo ello incrementando la escandalosa y vergonzosa desigualdad social.
Claro que todo esto es la verdadera responsabilidad que tienen los gobiernos de intervenir revertiendo estas tendencias pero no solo de manera mediática sino actuando realmente.
El término desigualdad en materia de salud se refiere a diferencias innecesarias, evitables e injustas.
El origen de las enfermedades por desigualdad hay que buscarlo en los procesos sociales y no en causas naturales o sobrenaturales.
Esto se aplica tanto en personas pobres como ricas.
Gran cantidad de problemas de salud están relacionados con la calidad de vida de las personas donde influyen, diversos aspectos del estilo de vida.
Una investigación realizada en 1990, supuso un gradiente en la percepción del estado de salud según tres indicadores socioeconómicos:
El gasto mensual familiar, el nivel educativo y la clase social donde se desenvuelve.
A esto le debemos agregar que en la vejez se produce el efecto sumatorio de toda una vida anterior de diferentes exposiciones a factores de riesgo. Un deterioro del estatus socioeconómico después de los 55 años se asocia con un aumento de las enfermedades que suelen presentarse 20 años más tarde, esto hace a las personas mayores que vivieron en entornos de poca calidad, aun más vulnerables.
Cuanto mas pobre o mas rica es la persona mayores probabilidades tiene de enfermarse y sucumbir prematuramente por diferentes males como infartos cardiacos, embolias, diabetes, hiperlipidemias, respiratorios, ulceroso, o cáncer.
Esta es la cruda realidad de lo que estamos viendo influye la pobreza en que vivimos relacionándose directamente, como un efecto de como son los primero años de vida, nuestras enfermedades, causas de muerte y la expectativa de vida.
La pobreza también la podemos medir en cuanto a la prevención en materia de salud. Los de mayor pobreza tienen menos capacidad de adoptar medidas preventivas, chequeos rutinarios, o acceso a servicios disponibles para actuar a tiempo cuando se sospecha que algo anda mal.
Las personas con bajo nivel de educación tienden menos a seguir las indicaciones para la toma de medidas preventivas, no entienden la importancia de no tener muchos embarazos, hacerse el papanicolau, el daño que provoca el tabaco en ellos y en los que lo rodean.
Además que entre mas pobre mas proclive a ser fumador, alcohólico, adicto y gran consumidor de grasa, refrescos y comida chatarra.
Que no decir de aquellas personas que viven en ciudades toxicas o enfermas con gran contaminación de su suelo, aire y tierra, vivir cerca de confinamientos de desperdicios tóxicos, además de la inseguridad que afecta a toda una comunidad por el pandillerismo y la mal vivencia, común en zonas económicamente muy débiles, donde el problema de fondo es la miseria y desigualdad.
Mucha de esta problemática esta relacionada con el gran estrés psicológico diario en que viven por un escaso margen de control y solución a sus problemas cotidianos como son:
Tener trabajo temporal, amenaza de despido en caso de recesión económica, enfrentamientos con cobradores, caseros que les rentan, proveedores de servicios básicos como agua, y electricidad, frustración por no tener acceso a vacaciones o descansos, agotamiento por tener dos o mas trabajos, además de la nube de acreedores que no los dejan ni dormir cobrándoles por todo tipo de medios.
Ser rico es bueno si se sabe vivir, siempre y cuando esa ventaja la aplica a su favor, reduciendo la posibilidad de desarrollar la mayoría de las enfermedades, pero si no se emplea adecuadamente sobre todo a nivel emocional, entonces se obtiene un gradiente inverso que te perjudica.
Por ejemplo nadie tiene una respuesta precisa del porque las personas con solvencia económica o ricas sufren tanto de males autoinmunes, en los que el sistema confunde alguna parte de tu cuerpo como un invasor foráneo y lo ataca, autodestruyéndose.
Entre estos tenemos la artritis reumatoidea, lupus, esclerosis múltiple, lesiones en piel, vitíligo, diabetes tipo I, el melanoma, la endometriosis estrechamente relacionada con personalidades conflictivamente muy especial.
Este mismo patrón inverso ha sido plenamente estudiado en la Universidad de Harvard relacionándolo fuertemente con el cáncer de mama entre mujeres adultas.
Varios autores han tratado estos temas como Thorstein Veblen que escribió sobre los símbolos de la riqueza indolente en diversas sociedades humanas en su Libro, La Teoría de la Clase Ociosa.
Investigando en sociedades de mandriles, primates que no tienen nivel socioeconómico pero si un rango social de dominación.
Ser un mandril de bajo nivel tiene mucho en común con un ser humano de escasos recursos, incluyendo una parte desproporcionada de anhelos físicos y psicológicos frustrados.
Esto condiciona mala salud, encontrando en ellos hormonas del estrés elevadas, sistemas inmunológicos de defensa deficientes, y alta presión, cuando se comparan con los de alto perfil.
Este patrón en las personas muy pobres explica en parte su tendencia a enfermarse y morir prematuramente, esto realmente preocupa ante la estresante situación económica que actualmente esta viviendo la mayor parte de la población en México y nuestro estado de Sonora no es la excepción.
Esta es la cruda realidad, la pobreza en que vivimos la inequidad social se relaciona directamente, como un efecto, donde influyen como son los primero años de vida, sobre nuestras enfermedades, causas de muerte y expectativa de vida.

Dr. Jesús Roberto Holguín Almada
Presidente del Patronato de la Casa del Diabético y Tiroideo
Hermosillo, Sonora
www.casadeldiabetico.org
drholguin@hotmail.com
TEL: 6621485401