viernes, 14 de mayo de 2010

LA REVOLUCIÓN EN MÉXICO

(Primera de dos partes)
El deseo de todo mexicano es aportar nuestro granito de arena para festejar el bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana 1810-2010, en donde nuestro Estado de Sonora fue parte fundamental y en atención a tan emotiva fecha, me di a la tarea de investigar la historia de México con el fin de escribir algo alusivo al memorable acontecimiento.
Si la quinta elección del General Luis E. Torres, en 1907, fue vista con profundo desagrado por los elementos del incipiente partido de oposición, esto no se hizo visible sino hasta que, ya próximo a fenecer el período presidencial, y uniendo su sentir al de toda la nación, a principios de 1909 se manifestó el disgusto general por causa de la designación del candidato a la Vicepresidencia de la Republica; pues en tanto que unos postulaban al general Bernardo Reyes, el Presidente Díaz y el partido “científico” apoyaban la reelección de Don Ramón Corral Verdugo.
En Sonora, como era de esperarse, la oligarquía se declaró a favor de Corral, fundándose en Hermosillo el “Gran Club Central de Sonora”, presidido por el Lic. Antonio D. Canalé, mientras que en Guaymas, la oposición, representada en ese puerto por los señores José Ma. Maytorena, Víctor M. Venegas, Ing. Eugenio H. Gayou y Carlos E. Randall, creó un Centro Director Reyista, que tuvo ramificaciones en distintos puntos del Estado.
El General Reyes renunció de su candidatura, en vista de la presión oficial, y fue enviado al extranjero con misión diplomática; pero postulados en la Gran Convención del Partido Nacional Antirreleccionista, a la Presidencia y Vicepresidente de la Republica, los señores Francisco I. Madero y Dr. Francisco Vázquez Gómez, el Reyismo Sonorense prestó su adhesión a estas candidaturas, principiando así la lucha política que dio por resultado la imposición declarada de Díaz y Corral.
El señor Madero visitó a Sonora en Enero de 1910, recibiéndole con tal hostilidad, que en Álamos no encontró siquiera cuarto donde hospedarse; en Hermosillo, peligrando su vida en el hotelucho de la “Casa Azul”, posteriormente Hotel Sonora, tuvo que refugiarse en la residencia del fotógrafo Jesús Avitia, ubicada en la entonces calle Don Luis, ahora Avenida Serdán, y conformarse con los vituperios insultantes que le fueron dirigidos por los oradores José Esperjencio Montijo y Pedro N. Ulloa, comisionados para interrumpir el mitin que se proponía verificar en la Plaza del Parían, situada frente al costado norte del actual Mercado Municipal.
En vista de la oposición de Díaz y Corral, Madero, que se hallaba preso bajo caución en San Luis Potosí, decidió lanzarse a la lucha, y para esto, fugándose, se dirigió a los Estados Unidos, donde pudo contar con el apoyo de los yanquis, puesto que el Gobierno de Washington se interesaba en la caída del régimen porfirista, muy principalmente por la oposición de éste a sus ambiciones sobre Bahía Magdalena, B. C. y por recelo tal vez ante el progreso material de México, demostrado en las fiestas del Centenario de la Independencia.
Una de las compañías Petroleras Norteamericanas establecida en la Republica, resentida con el gobierno de Díaz por la concesión otorgada a los ingleses, le proporcionó a Madero un millón de pesos, y contando con esos elementos, regresó al país.
Según el plan de San Luis, y lo convenido en la junta Revolucionaria que se reunió en San Antonio, Texas, y en la cual los conjurados Sonorenses estuvieron representados por Carlos E. Randall, la fecha fijada para el movimiento general era el 20 de Noviembre de 1910; pero dos días antes estalló la revolución en Puebla, al ser descubierta la conspiración de Aquiles Serdán. Y ante esta circunstancia imprevista, Maytorena, Venegas, Gayou, Randall y otros tuvieron que ponerse a salvo cruzando la frontera, a fin de organizar en territorio extranjero a los primeros contingentes de sangre para la revolución.
De esa manera, el 28 de Diciembre se internaron por Agua Prieta los primeros diez Maderistas que se proponían hacer la campaña en Sonora; a estos le siguieron otros, que ya reunidos reconocieron como Jefe Superior a Juan G. Cabral y muy en breve los Distritos de Arizpe y Altar se vieron invadidos por la rebelión.
En el Sur del Estado, a la vez, el 1º de Enero de 1911 se reveló en el pueblo de Navojoa, el anciano Coronel de Guardia Nacional Severiano Talamante, secundado por sus hijos Severiano y Arnulfo, Ramón Gómez y otros, que obligados por las circunstancias a salir inmediatamente del lugar, se incorporaron días después a las fuerzas insurgentes de Rosario García, posesionados desde el 13 de ese mes de la Villa de Sahuaripa.
El 28 del mismo Enero, aquella plaza fue recuperada por las tropas del gobierno, tras de más de 80 horas de combate, y habiendo sido hecho prisionero el Coronel Talamante, sus dos hijos y 9 más fueron ejecutados el día 29 del propio mes.
Seguiremos con el tema en la segunda parte.
ROBERTO FLEISCHER HARO
EGRESADO DE LA IV GENERACIÓN DE LA ESCUELA DE POLICÍA.
REGISTRO NACIONAL DE SEGURIDAD FEHR440205H26223583
E-MAIL RFLEISCHER_44@HOTMAIL.COM