martes, 18 de mayo de 2010

Muere Ladrón de Combustible al Explotar Oleoducto PEMEX

* Soldados Evitan Facilitar el Trabajo de Reporteros

Alfonso CAMPOS-RUBIO

HERMOSILLO.- Víctima de las graves quemaduras de segundo y tercer grado que sufriera en el 95 por ciento del cuerpo, en el nosocomio del Centro Internacional de Medicina Avanzada (CIMA), dejó de existir José Rubio Salazar, cuyas lesiones le fueron ocasionadas al explotarle a él y a otros sujetos, la toma clandestina que habían instalado en el oleoducto de Pemex, a la altura del kilómetro 214 de la Cuatro Carriles, al sur de esta capital, negándose las autoridades de los tres niveles de gobierno a proporcionar información alguna.
Por otro lado se logró saber que la explosión anterior se suscitó durante la madrugada del lunes en terrenos del rancho Todo Santos, cuando los ladrones de combustible a través de la toma clandestina pretendían llenar el tanque de un camión DINA, para lo cual “desenterraron” la manguera que ocultaban a flor de tierra.
En esos momentos sobrevino la explosión a causa de una chispa, envolviéndolo a Rubio Salazar, quien inmediatamente fue llevado y abandonado en la sala de emergencia del mencionado hospital privado, donde horas después llegó una persona a preguntar por su estado de salud, cuyos policías que ahí se encontraban procedieron a detenerlo, turnándolo al MPF, desconociéndose su identidad por el momento.
Posteriormente un grupo de soldados se dedicó a bloquear a los reporteros de los diferentes medios que se dieron cita en el lugar, con el pretexto de la “seguridad”, mientras que aparte de los bomberos hermosillenses y guaymenses que atacaban las llamas, varios civiles mas se encontraban a pocos metros de donde salía el fuego, el cual alcanzaba una altura de veinte metros, mientras que la columna de humo se extendía por varios cientos hacía el cielo.
De la misma forma se logró saber que minutos después de producirse la explosión se alertó a los tragahumos de esta capital, quiénes no pudieron intervenir inmediatamente después hasta que llegara la autorización de la paraestatal Petróleos Mexicanos, la cual junto con los retardantes químicos arribó hasta las 09:20 horas, procediéndose a trabajar con ahínco por casi doce horas para poder sofocar el siniestro.
Mientras que en el lugar donde estaba la tomaboca clandestina quedaban los hierros chamuscados y retorcidos de lo que otrora fuera un falamnte camión de carga DINA, tipo Torton, en el cual presumiblemente sería cargado el combustible en bidones y tambos de plástico, los cuales consumieron las flamas.
Extraoficialmente se logró saber que desde hace varios meses era reiterada dicha conducta delictiva, cuyos combustibles presuntamente eran comercializados en gasolineras tanto de Hermosillo, como de Guaymas, calculándose las pérdidas para la paraestatal por el orden de unos cien millones de pesos, lo cual sería dejado en claro mediante la averiguación previa que agotaría el Ministerio Público Federal, a donde fue turnado el caso, concretándose las autoridades a guardar silencio, sin que nadie informara oficialmente al respecto.